Una mujer espera bajo un olivo de noche. Oye un ruido.
Mujer: ¿Eres tu, mi amor?
Hombre: Si, soy yo, ¿quien iba ser a estas horas y por estos andurriales? Con lo facil que es vernos donde siempre.
Mujer: Perdona cariño. Necesitaba verte.
Hombre: Si es que al final nos pillan, no podemos arriesgarnos tanto...
Mujer: Es importante...
Hombre: Es que a ver ahora cuando vuelva a casa, que seguro que mi padre me oye entrar, a ver como le explico yo...
Mujer: Estoy embarazada.
Hombre: Con la mala leche que tiene mi... ¡¿como?!
Mujer: Lo has entendido perfectamente.
Hombre: Pero...¡¿Cómo es posible?!
Mujer: Pues hijo, no es tan difícil de entender, vamos digo yo.
Hombre: Hostia...¿Y ahora que hacemos?. Ay madre, la que se va a liar...
Mujer: Tranquilo, algo se nos ocurrirá.
Hombre: Me mata, tu marido me mata.
Mujer: Que no hombre, si no es capaz de matar una mosca.
Hombre: Esos son los peores cuando se cabrean de verdad. Te digo que me mata. Ya me imagino la cara de satisfacción haciéndome el ataud, porque claro, encima los hace él.
Mujer: Vamos, relájate y escucha, que tengo un plan.
Hombre: Un plan...¿que plan?
Mujer: Ya sé lo que le voy a contar. Le voy a decir que ha sido Dios.
Hombre: ...¿Como?
Mujer: Si, pues eso, que ha sido Dios el que me ha puesto el hijo dentro.
Hombre: ...Estás de coña, ¿no?.
Mujer: No
Hombre: ¿Pero quién se va a tragar eso?
Mujer: Pues mi marido cariño, mi marido, que a veces de bueno es tonto el pobre.
Hombre: ¿Pero?...¿Y cómo le vas a decir que lo sabes?
Mujer: Pues que ha bajado un ángel del cielo para contármelo.
Hombre: Si claro...¿No te estás pasando ya?
Mujer: Que no, que lo tengo todo pensado.
Hombre: No se, no se...Si es que para tragarse eso...
Mujer: Que si hombre, déjame a mí que te digo yo que le convenzo.
Hombre: Me da a mi que esto va a traer cola.
Mujer: Tranquilo que esto se arregla.
Hombre: Te digo que no me convence tu plan, que esto se va a desmadrar.
Mujer: Venga hombre no seas agonías, ¿quién se va a enterar?. Mi marido es tonto, pero no tanto como para contarlo por ahí.
Hombre: Tengo malas vibraciones con esto María, que lo sepas.
Mujer: Venga Gabriel, no seas tonto y vete a casa. Mañana por la noche nos vemos aquí y te cuento cómo ha ido todo. Pero antes dame un beso anda.
El resto es historia.
